Hace unos días escuché a un amigo hacer esta reflexión sobre el naufragio del Costa Concordia.
Venía a decir que allí había ocurrido lo mismo que en la sociedad. Se nos había prometido todo el lujo y las facilidades posibles a cambio de muy pequeños costes. todo iba a se glamour y diversión, aquello sería "Un mundo feliz" donde no cabían las preocupaciones ni los sacrificios. Pero era tan sólo una ilusión, aquello tenía fallos por todas partes, nada era lo que aparentaba y se nos estaba engañando con un mundo de papel, que se ha llevado a mucha gente por delante. Mantengamos la sensatez y no nos dejaemos llevar por falsos salvadores que prometen una felicidad que no puede ser más que pasajera. Fundemos nuestra vida en aquello, que aunque no brille tanto, ni parezca tan atractivo en un primer momento, con el tiempo se nos revelarán más real y duradero, y mucho mejor. No busquemos la carcajada hueca, que nos deja vacíos, sino la sonrisa permanente, aunuqe a veces parezca que no pertenecemos a este planeta, que por otra parte se está derrumbando.
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