HABILIDADES C0MUNICATIVAS Y SOCIALES DE LOS NIÑOS PEQUEÑOS PREVERBALES CON AUTISMO
(Esto es un resumen del libro que estuvimos leyendo y poniendo en común en el colegio, durante un seminario que realizamos para aprender más sobre el autismo.
El libro es "El niño pequeño con autismo" de Ángel Rivière y Juan Martos.
Introducción
El estudio del autismo ha sido un camino lleno de controversias y debates relativos tanto a la naturaleza del problema, a sus causas o a los procedimientos de intervención. Sin embargo uno de los pocos aspectos sobre el que ha existido un acuerdo generalizado se refiere a la presencia de una alteración profunda en la comunicación y la interacción social, que configura el cuadro de “extrema soledad autista”. Quizá por esa llamativa ausencia de habilidades y competencias para la interacción social y la comunicación, desde hace relativamente poco tiempo el autismo ha sido centro de atención de muchas investigaciones que tratan de cómo surge la comprensión social en los niños.
En palabras de Rivière, el dominio de las competencias sociales permite al bebé la adquisición de “funciones críticas de humanización”, como el lenguaje, las competencias de ficción, o el manejo de pautas de interacción cooperativas y competitivas como la negociación o el engaño respectivamente.
A través de la interacción social y la comunicación, el bebé accede a un espacio común donde aprender y compartir con otros conceptos y emociones El punto culminante de este proceso tiene lugar en torno a los 3 años.
Ciertas habilidades preverbales pueden ser precursores, prerrequisitos o en todo caso mecanismos que ayudan al bebé a acceder al espacio mental compartido.
Habilidades preverbales afectadas en niños con autismo
El bebé viene preparado para aprender a establecer relaciones sociales y responder a estímulos sociales y para vincularse afectivamente a sus progenitores.
Bebé de menos de cinco meses normal:
-Prefiere la voz de su madre.
-Establece contacto ocular con otros.
-Sonríe y vocaliza en respuesta a estímulos sociales.
-Imita expresiones faciales y gestuales.
La imitación contribuye al desarrollo de la comprensión de uno mismo y de los otros. Se ha de considerar como un intercambio social que se hace evidente cuando el niño responde con imitación, atención y sonrisas a la conducta previa del adulto.
Estas experiencias tempranas pueden ser importantes para el desarrollo de la conciencia de que se participa en un intercambio social.
Niños autistas menores de seis meses:
-Falta de contacto ocular.
-Expresión emocional neutra.
- Postura rígida.
-Tienen un claro retraso en habilidades de imitación. Aunque, no todos los aspectos relativos a la imitación parecen igualmente alterados. La dificultad se refiere más a alteraciones en la imitación de gestos o actos con un valor social para la interacción.
-En edades muy tempranas, a veces, se comportan de forma más o menos normal.
Existe una relación entre la competencia social y lingüística de los niños y sus habilidades de imitación.
El niño normal, al final del primer año empieza a reconocer que las personas pueden ver e interesarse por lo mismo que él está viendo y que son conductas precursoras de la comunicación verbal.
El niño autista tiene alteraciones en habilidades comunicativas y sociales al final del primer año.
-Tiene dificultades en expresión y comprensión de emociones y muestra conductas visuales y auditivas atípicas.
-No señalan objetos.
-No suelen seguir los gestos de señalar que hacen otros.
-No suelen alternar la mirada entre un objeto y otra persona.
-Si suelen ser capaces de iniciar y responder a actos de petición.
Los niños con autismo que se encuentran en una fase preverbal comprenden que los otros les pueden ayudar a alcanzar objetos o a realizar actividades que desean. Pero muestran un perfil específico de alteración en sus habilidades comunicativas al tener dificultades para compartir su experiencia perceptiva con otros por medio de actos de atención conjunta. Este perfil es tan característico que es posible clasificar correctamente al 94% de los niños autistas tomando como base solamente sus habilidades para la atención conjunta (Klinger y Dawson, 1992).
-No expresan emociones de la misma manera que lo hacen los demás niños.
-Muestran menos expresiones de afecto en general, pero aún menos expresiones de afecto positivo.
-Tienen problemas en juego funcional y juego simbólico, dificultades lingüísticas.
En cuanto a la intervención en los niños autistas pequeños hay que evaluar sus habilidades comunicativas y sociales y trabajar sobre las deficiencias que se encuentren
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