En muchos casos nos encontramos con que ante una negativa a algo que solicita nuestro hijo nos encontramos con una tremenda rabieta, que en algunos casos llegan a constituirse en norma de conducta y resulta la manera habitual que adquiere el niño para pedir las cosas, pues ha observado que cada vez que utiliza este métod se sale con la suya.
Lo primero que tememos que intentar es que esto deje de ser así, es decir, el niño no puede obtener lo que pide cuando lo haga mediante rabietas, y sólo lo conseguirá cuando lo haga de forma educada.
Para conseguirlo el deberemos ignorar la conducta, aunque eso suponga aguantar estóicamente los gritos y lloros sin hacer nada. No podemos prestarle ninguna atención, ni comentarios, ni explicaciones; no vamos a razonar con él, pues eso contrubuiría a mantenerla más tiempo.
Si la rabieta no cesa en unos minutos le haremos saber que no vamos a hablar hasta que pare y volvemos a retirarle la atención.
Cuando se haya calmado se podrá dialogar con él y darle los motivos por los que no se debe comportar así.
Las primeras veces que lo hagamos dará la sensación de que no sirve de nada y se nos hará muy duro, pero si nos mantenemos firmes acabaremos obteniendo resultados.
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1 comentario:
Una entrada muy interesante para tratar. Es un tema complejo de trabajar, pero con paciencia todo se logra.
Un beso Pilar!
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