Ocurrió hace unos años... Viene un niño de tres años, extranjero, intentando abrocharse el babi y me dice:
-No puedes, no puedes
A lo que le contesto:
-Sí, si puedes, inténtalo
Al momento vuelve muy contento con el babi abrochado diciendo
-¡Si puedes, sí puedes!
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